lunes, 9 de mayo de 2011

EXCESIVOS DE MEGALÓ TEATRO MÓVIL

A través de unos personajes que son arrojados literalmente a escena desde una especie de trampilla para desechos, este espectáculo supone una oda y defensa del exceso. De la necesidad de arriesgar y experimentar en el mundo del arte y por extensión en la vida en general. Con un trabajo coreográfico que incide en los límites físicos hasta el agotamiento y una dramaturgia que va intensificando la tensión dramática a través de una estética que recuerda el teatro del absurdo. Todo ello dentro de un marco sonoro que enlaza sin pudor ni límites algunas de las grandes músicas desde Beethoven, Bach, Satie, pasando por Chopin, Paganini o Wagner.



ANTIMANIFIESTO

En la era del miedo se persigue la osadía y el riesgo. Seamos correctos; sobre todo, seamos correctos. Debemos movernos con cautela, ser discretos. Matar la imaginación, huir del desequilibrio y del vértigo; permanecer ahí, anclados al suelo, bien amarrados al tedio, perfectamente sanos, olvidando vivir para durar más.

No opines, no te posiciones, duda de todo, oféndete por todo y habla poco para no ofender. Huye del humor y la ironía, sé literal y pragmático.

No pierdas nunca la conciencia, no te drogues, no te descontroles, no experimentes. Desconfía de los trampolines: no saltes, no te vueles, no te permitas descubrir nada nuevo, no te conozcas ni te cuestiones. Anula el ansia, el hambre, las ganas de devorar y de ser devorado, no hurgues en las heridas, no profundices demasiado (son peligrosos los descubrimientos). Sé simple, apártate de todo lo oscuro, lo complejo. Nunca apures la copa ni rebañes el plato.

En esta era del miedo se juzga duramente a todo aquel que ignore las señales, los avisos de peligro. Las rutas inexploradas deben permanecer inexploradas.

Aquí no hay sitio para los visionarios. No es tiempo de visionarios ni de poetas. Julieta, hoy, no abriría la ventana.